'La radio digital (DAB) no está muy extendida todavía. No obstante, el sistema progresa poco a poco. Es probable que las emisoras de FM analógicas sigan conviviendo con la radio digital, aunque la tecnología DAB ofrezca bastantes ventajas respecto a la radio analógica. En la variante DAB+ se utiliza el método de compresiónAAC. Según los expertos, DAB+ será la tecnología del futuro'.
Resulta realmente interesante que la apertura de un análisis sea una gran sentencia. En mi caso, suelo emplearlas a menudo. Es algo que me gusta, dota de humanismo un texto. Pues bien, este párrafo que precede el artículo que a continuación encontrarán, bien podría haberlo escrito un gurú del mundo de la radiofonía. Un poeta radiofónico, un elocuente analista docto en la materia. O un ingeniero de telecomunicaciones bien avenido. Y en cierto modo, no iríamos desencaminados, porque verán ustedes, esta afirmación la emitió ni más ni menos que Media Markt, el 'macrogeek' español.
Pues sí, esta multinacional se encarga en su página web de poner los puntos sobre las íes respecto al DAB, o sistema de radio digital. Y es que cuando un vendedor reconoce que algo no está demasiado extendido y si además se dirige a ustedes en condicional, en futuro lejano, susurrando, con la boca pequeña, es que algo no va bien.
Pero analicemos el asunto, ¿de qué estamos hablando?
Pongámonos en situación. Y pongamos que entramos en un aula cualquiera de bachillerato, por ejemplo, y exclamamos:
- ¡Que levante la mano aquel que en su casa no cuente al menos, con un aparato de radio!
Y, ¡oh dios, todo el mundo con la mano arriba!
- Bien. Que la levanten ahora aquellos que en su casa tengan un receptor DAB.
No me miren así, ¿nadie?
- Por último, a mano alzada, ¿quién sabe o conoce lo que es el DAB?
[Ni Perry levanta la mano].
Esta conversación podría recrearse en cualquier lugar: un bar, una tienda, la peluquería, etcétera. Y los resultados hoy en día, serían muy similares. El DAB, o lo que es lo mismo, Digital Audio Broadcasting, es un sistema de radio digital, que frente a la radio analógica -el FM estándar-, proporciona mayor solvencia.
¿Por qué?
Porque entre otras cosas, cuenta con una banda mucho más ancha que la radio analógica, lo que le permite ofrecer contenidos adicionales a los radiados.
¿Como cuáles?
Por ejemplo, información sobre el programa que estamos escuchando durante un momento determinado. Además, el DAB ofrece una calidad mucho más alta de sonido que el sistema analógico, dotándolo de calidad de sonido CD.
¡Hala, qué guay! Entonces, ¿por qué no lo usamos?
Para que se llegue a implantar el DAB en España, es necesario un 'apagón analógico radiofónico', aunque algunos autores hablan de la coexistencia pacífica entre los dos modelos
de radio. Asimismo, el DAB requiere una legislación, porque al igual que la TDT en España, tiene que estar regulado. Además, habría que cambiar los soportes de escucha, que por lo general, suelen contar con un precio elevado, al no estar generalizado su uso. Y añadido a esto, el DAB presenta algunos puntos flacos, como su limitado espectro de frecuencias.
Llegados a este punto, que desarrollaremos más adelante con calma, cuando veamos las ventajas y desventajas con las que cuenta este sistema, es necesario preguntarse: ¿no se puede o no se quiere? Si echamos la vista atrás, el apagón de la televisión analógica, también trajo consigo numerosas quejas, obligó a los usuarios a adquirir una herramienta que les permitiera adaptar sus televisores, y fue necesario propiciar una nueva legislación. La televisión camina de la mano de la radio, pero siempre un par de pasos por delante en cuanto a innovación se refiere.
En la actualidad, se realizan apuestas más firmes por la televisión que por la radio, porque se estima que es un medio que ha perdido valor y poder frente al primero, y sobre todo, frente a internet. Y si eso fuera cierto y la radio hubiera perdido poder, ¿se debe a la obsolescencia del soporte o a la ausencia de iniciativa por parte de los gobiernos y de las propias empresas? La radio no es un medio tan aburrido como se tiende a pensar, sobre todo las generaciones jóvenes. La radio es un medio cercano, que le acompaña en sus viajes, le escucha y es escuchada. Lo dijo un día el director de 'Herrera en la Onda', Carlos Herrera: 'la radio no es solo contar la vida de la gente, sino sobre todo, escuchar la vida de los demás'.
Rosa Franquet asegura en su artículo 'Radio Digital en España: incertidumbres tecnológicas y amenazas al pluralismo', que no existe una masa crítica de oyentes que fomente la migración hacia el modelo digital. Según la autora, si el DAB no triunfa se debe a que sin esa masa de oyentes, es imposible que una empresa mantenga su peso económico sin caer en la quiebra. Pero, ¿por qué en España no es posible contar con esa masa de oyentes para renovar el modelo analógico y en países como Gran Bretaña, la BBC triunfa con este sistema?
En España, el problema tiene la misma base casi siempre: la educación. Es necesario establecer alianzas entre los distintos eslabones de la cadena, desde las universidades o los oyentes hasta las propias empresas o el Gobierno. El español vive con miedo al fracaso, y ese terror se traduce en todo, incluida la experimentación. No sería tan descabellado lanzar nuevos modelos radiofónicos, que aunque no encuentren su base en el DAB, pueden hacerlo en otros sistemas. Por ejemplo, según la Asociación para la Investigación de los Medios de Comunicación (AIMC), el consumo de radio por internet en España alcanzó en cuatro años los once millones de oyentes, de modo que la penetración en 2012 alcanzaba el 15% de la población.
De esto deducimos que la radio no está muerta, las posibilidades de innovación y la oferta de medios es infinita, solo es necesario saber ver con claridad y apostar por lo que sirve. Lo dijimos en los apartados relacionados con la industria televisiva: en ocasiones el espectador, o en este caso el oyente, no sabe lo que quiere hasta que no se lo presentas de forma atractiva y útil. No sabemos si el DAB llegará a calar en la sociedad española, resulta complejo, debido a que en otros países en los que ha sido implantado satisfactoriamente, avanza a pasos de gigante -con el DAB+-. De lo que sí estamos seguros es de que a veces los cambios son necesarios, porque aunque a corto plazo aparentemente no resulten positivos, sí que lo son a largo plazo. Y si continuamos sin renovar nuestra industria radiofónica, terminaremos por matarla.
Que levante la mano quien se atreva a innovar.
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