Hace unas
décadas, como consecuencia de la incursión de internet en el mundo, se inició
una de las más grandes revoluciones en materia comunicacional: la globalización.
Esa tendencia a la universalización y
expansión de pensamiento y la cultura en la aldea global. Los beneficios
que ella nos ha proporcionado son innegables. La globalización nos ha cambiado
la vida. Sin embargo, como consecuencia de la ella, en estos últimos tiempos, numerosos
sociólogos señalan el nacimiento de un nuevo fenómeno: la “glocalización”.
¿Qué es esto? ¿Qué expresa este
neologismo?
El
concepto “glocal” nos sirve muy bien para explicar el rol de los periódicos locales
y regionales. Las personas que consultan los periódicos buscan estar
informadas de lo que sucede en el país y en el mundo entero; esta necesidad es satisfecha
por el mercado de la prensa nacional. Pero las personas, también, quieren saber
qué sucede en su entorno más inmediato. Esta
demanda es cubierta por los periódicos locales y regionales. Así pues,
por un lado, lo “glocal” representa
la vehemente necesidad por satisfacer información próxima, cercana, familiar. Aquellas cosas que suceden en el barrio, en
el pueblo, en la provincia o en la comunidad autónoma. Y, por otro lado, la “glocalizacion” representa la capacidad de hacer que la información
local y regional esté al alcance de todos. Que se
pueda acceder a ella de cualquier parte del mundo. Por ejemplo, podemos saber
qué sucede en Salamanca gracias a La
Gaceta digital, estando en China o Alaska. El "glocalismo" no tiene fronteras. No existen los límites ni las distancias.
En España, el nacimiento de innumerables páginas digitales
de varios periódicos locales y regionales ponen de manifiesto la tendencia a la
“glocalización”. La
imperiosa necesidad de hacerse sentir y decir: éste es el diario de mi
provincia, en ella suceden estas cosas. La
cantidad de periódicos digitales que invaden diariamente el ciberespacio ponen
de manifiesto que los periódicos impresos, cada vez más, tienen un futuro reservado
para una minoría selecta de lectores; mientras
que el futuro digital de la prensa escrita se vislumbra claramente en lo
digital.
Colocar lo “glocal”
en el centro de la globalización ha sido una respuesta creativa de la prensa
ante el cambio de costumbre de los lectores y de la innegable crisis del
tradicional periódico impreso. Sin embargo, en tiempos de crisis y cambios patentes,
las palabras de Antonio
Tajani, vicepresidente de la Comisión
Europea, deben ser tomadas en cuenta: “Habrá que reinventar, innovar y
adaptarse, pero nunca enterrar antes de tiempo a la prensa”.
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