El
DAB parece que, entre unas cosas y otras este tipo de radio
no ha encontrado hueco en España. Y es curioso creemos, porque las
herramientas, los dispositivos, y muy probablemente la disposición de la gente
en realidad está al alcance de la mano.
Cogiendo
el ejemplo más claro, el de la migración a la Televisión
Digital Terrestre, resulta obvio que en España podemos adaptarnos, con
algún empujoncito que otro. Si bien es cierto que este paso llevó su
tiempo, es perfectamente explicable:
al fin y al cabo, si en el año 2000 (año de la implantación de la TDT en España sin que fuese
obligatoria) el Internet Wi-fi nos sonaba a chino ¿cómo no iba a hacerlo una
televisión que se recibía por un sistema extraño?
Pero
esa excusa ya no es válida, estamos en el año 2014, donde cada día las
tecnologías son más revolucionarias, y sin embargo seguimos sin ser capaces de
dar ese salto revolucionario hacia la radio DAB. Oh, desde luego, hemos
conseguido mejoras. Hay aplicaciones
móviles e incluso portales para escuchar
radio digital, o al menos emisiones analógicas guardadas en formato digital
(lo cual no deja de resultar irónico). Pero no existe un modelo de éxito para
el DAB. Lo
que resulta sin duda más curioso es que el sistema DAB
fue inventado en 1980. Nadie asume responsabilidades ante el hecho de que
no se ha preocupado mucho en diversas ocasiones porque la implantación de la
radio digital no se haya llevado a cabo.
El
hecho es que en otros países, como Estados Unidos, Panamá y México se ha
realizado una estandarización
de radio en alta definición, sin llegar esta a ser DAB, pero que permite un
sistema de transmisión de información muy parecido a este (no hay que olvidar
que el DAB es un invento europeo). Y puesto que el DAB ya conlleva por sí mismo una estandarización, conseguir que
su implantación en España sea un éxito es tan sencillo como dejar de extender
los plazos para que las emisoras cumplan con el apagón analógico.
Desde
El Sastre de Medios creemos que la mejor
opción, el curso de acción más lógico a llevar a cabo es fijar una fecha para el apagón analógico definitivo (algo que
suena a perogrullo por lo obvio, pero que no se ha llevado a cabo) y establecer un programa de ayudas a las
emisoras, para fomentar la compra del equipo necesario para emitir en DAB,
a pesar de que en realidad muchas ya están preparadas para ese tipo de emisión.
Y algo fundamental, conseguir que una de las radios con mayor audiencia de
España, RNE se comprometa con ese tipo
de emisión, al igual que hizo en su día con la TDT en el caso de TVE. Y es
que el hecho de que la televisión pública siguiera ese camino marcó tendencia,
así que es lógico suponer que marcarían tendencia por igual en el caso de la
radio. Un compromiso firme por parte del gobierno y las empresas.
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