Dave Dagomsa: 'Con esta crisis de valores: ¿cómo no apostar por la financiación propia?'

Industria musical | Entrevista | Texto y fotografías de Jorge Martín

Dave Dagomsa es un joven artista salmantino. Y ésa es sólo la definición más breve de este chico que es músico y productor artístico en su propio estudio de grabación Arkane Planet. Y es que la industria musical está cambiando a pasos agigantados, y el que no cambia con ella, está destinado a morir. Y tal y como nos cuenta Dave a El Sastre de Medios, el crowdfunding es el nuevo futuro en cómo producir música, dejando de lado a las grandes multinacionales productoras de música, saltándose intermediarios y llegando de forma mucho más directa a los consumidores.

Dave ha presentado hace muy poco tiempo su nuevo trabajo “All Nylon”, que está disponible en diversas plataformas digitales, entre ellas algunas de las más conocidas como Spotify, Soundcloud o incluso en iTunes. Es por tanto un claro ejemplo, en vivo y en directo, de cómo está cambiando el modelo de industria musical en el mundo. Visto lo visto, aprovechamos para hablar con él.

El Sastre de Medios: ¿Qué es lo que te impulsa a financiar tu trabajo mediante "crowdfunding"?

Respuesta: Supongo que como a muchos otros: la falta de recursos económicos para llevar a cabo un proyecto serio y de calidad. En mi opinión la calidad no debe resentirse por una mala financiación o una mala distribución de los recursos de los que dispones; es primordial la música, y el proceso para gestionar un buen disco es muy importante, cueste lo que cueste.

Al igual que en otros sectores, la música ha sido abofeteada por la industria y la crisis económico-política, junto a la implantación de una nueva forma de negocio que se abre camino poco a poco ante la mirada de un montón de escépticos que no confían en que algo tan novedoso pueda funcionar.

El crowdfunding engloba muchos aspectos, que a mi entender, son beneficiosos para los músicos así como para su público; se trata de una conexión directa entre los consumidores de música y el propio artista, sin intermediarios y de forma sincera. Pero también se trata de una conexión emocional, pues esos que te apoyan son generalmente esa gente que ha estado ahí desde un principio; gente que conoces de primera o segunda mano y que creen que tu música puede llegar a buen puerto. Esta conexión extra-económica también intervino en mi decisión de apostar por el crowdfunding.

ESDM: ¿Hasta qué punto supone más beneficios para ti y tu grupo este sistema de financiación?

R: El beneficio máximo se da una vez que cumples las expectativas económicas marcadas para tu proyecto. Yo pedía 1.900 euros con el fin de cubrir los gastos que me suponían hacer el master y las copias físicas, además de los gastos de merchandising para recompensar a mis mecenas: “lo comido por lo servido”. Esos 1.900 no cubren la totalidad del coste del proyecto pero si los objetivos que yo estimé que necesitaba. El beneficio máximo aquí está en haber conseguido lanzar mi proyecto a un coste mínimo sin recortar en gastos. A partir de ahí, cualquier venta se traduce en beneficios que ayudan a que mi carrera musical no se estanque económicamente.

ESDM: ¿Crees que los fans notan la diferencia respecto a las discográficas tradicionales, en cuanto a producto hecho de forma independiente? ¿Crees que hay ventajas/desventajas para el fan con este sistema de financiación?

P: Las discográficas tradicionales tienen los días contados en mi opinión. La tendencia actual es el “make it yourself”. Esto no es una tendencia nueva, ya existió desde los mismos comienzos de la industria cuando no eras nadie hasta que un personaje del negocio te decía lo contrario y apostaba por tu música; pues hemos vuelto a esos andares solo que ahora no es un “entendido” quien te dice si vale o no vale tu música para el mercado; el mercado es hoy por hoy mas amplio y específico que nunca y tu productor estrella no es otro que los oyentes que te siguen y apoyan tu sonido y te dan presencia en la red, distribuyéndola a todos los rincones del globo.

Esta tendencia tradicional contrasta con la forma de negocio de las discográficas actuales; y hablo de las grandes multinacionales: las grandes multinacionales de la música no son otra cosa que un conglomerado de empresas e individualidades poderosas que poseen una posición aventajada en el mercado por las razones que sea.

Nano, bajista a la izquierda; a la derecha, Dave a la guitarra y voz;
y en la batería, Darío. Fotografía de Jorge Martín

Supongamos que una empresa de estas quiere lanzar un producto e invierte 1.000.000 de euros para que salga adelante apoyado de una gran campaña de marketing. Estas empresas no trabajan de forma independiente y tienen distribuidas muy bien las tareas: un equipo de asesores jurídicos, asesores financieros, comerciales, publicistas, medios de comunicación propios, sponsoring y marcas patrocinadoras, influencia en la industria textil, cinematográfica, de moda… al final si lo piensas bien ese millón de inversión no son más que los gastos que supone poner esa maquinaría a funcionar… Pero los beneficios que producen pueden ser millonarios como consecuencia de un trabajo bien estructurado y sincronizado.

Como es de entender, los artistas sujetos a este tipo de discográficas en muchos casos no son más que una pequeña parte de todo este entramado: la que pone la cara. Esta dependencia del mercado hace que estos artistas o productos (en el caso de algunos: Bieber, Cyrus etcétera; productos bien diseñados y lucrativos) rijan su carrera artística de una forma muy poco libre: no evolucionan su visión artística, no componen, no escriben, no se preocupan de su sonido porque ya hay una empresa que lo hace por ellos… es decir: no tienen libertad para hacer lo que les plazca artísticamente hablando.

La producción independiente no cierra el campo al co-working con otras empresas y además es libre para dejar espacio al “crear”. La cultura no vale nada sino es libre. 

Además la forma de negocio hoy en día no se dedica a apostar por nuevos talentos, sino a diseñar productos potentes para sacar el máximo beneficio de mercado. 

Ante semejante crisis de valores: ¿cómo no apostar por la música independiente y la financiación propia? ¿A caso tenemos más opciones? ¿Qué margen de actuación tenemos los músicos emergentes cuando la escena musical no te deja competir de forma igualada en el mercado? 

La respuesta pasa por un cambio de mentalidad: el artista tiene que dejar de pensar en vivir de las rentas y más en vivir de la creación de su arte validando bolo a bolo, y trabajo a trabajo su trayectoria artística. Esto es lo que le ofrece la producción independiente y el crowdfunding a tus fans: son partícipes de tu éxito. Y se debe a ellos y no a ninguna empresa o interés político. 

ESDM: Tu disco está a disposición de los usuarios en Spotify, por poner un ejemplo de alguna de las plataformas de “streaming” más conocidas. ¿Supone eso más beneficios económicos, o únicamente te reporta beneficios en cuanto a conseguir llegar a más gente?

R: Tener el disco en Spotify o Itunes, Amazon, Soundcloud… no hace más que distribuir tu trabajo a nivel mundial, que no es moco de pavo. 

Generar dinero por las escuchas… Lo generarán Alejandro y Shakira [risas] para los demás es una forma de comunicarse con su público… O con otro público que desconocía tu trabajo y que ha caído ahí por azar.

Es como comprar pantalones: te los pruebas y si te gustan… Siempre puedes comprarlos. Pues Spotify ofrece eso: escuchas música y si te gusta compras el álbum físico después… O simplemente el single que te gusta… O sin más le echas 3 millones de escuchas hasta que genere pasta por reproducciones [risas].

Nano, bajista a la izquierda; a la derecha, Dave a la guitarra y voz;
y en la batería, Darío. Fotografía de Jorge Martín

ESDM: Y por último ¿dónde ves tú el futuro para la industria musical, en el crowdfunding, en Internet con sistemas como Spotify, en los conciertos y giras, o tal vez en una recuperación de la industrial musical clásica?

R: Como ya he dicho, creo que el futuro de la música esta en los músicos y la gente que la escucha. Esta en los creadores de corazón que tienen algo que expresar, y en la gente que se siente identificada con sus melodías… y no en manos ajenas: empresas o especuladores del mercado. La música es cultura…y la cultura más que comercio es un interés enriquecedor de carácter público y social.

El crowdfunding es una forma directa de financiación entre el público y el artista; si no tienes público o este no te apoya, quizás debas replantearte otras opciones… es por ello que creo en la sinceridad de su planteamiento. Creo en la conexión emocional directa que se genera entre el músico y sus seguidores (además, no creo que mi “producto” sea de interés para ninguna multinacional).

Creo en la música en streaming al igual que creía en grabarse cassettes… y creo que con el mundo del cine y las series de televisión se seguirá, a no mucho tardar, con esta tendencia. Internet es poderoso y pueden intentar ponerle puertas al campo… pero seguirá siendo libre y

permeable. Así que todo tipo de censura e ilegalización de webs no es más que un rodeo estúpido con intereses muy concretos: que los que han estado chupando del tarro... puedan seguir haciéndolo; ¿o es que a caso hay menos música ahora que antes? No creo. 

Desde luego no abogo sólo por el formato digital de la música, me gusta comprar cd´s y además el audio es de mayor calidad (.wav… mientras que en las plataformas online son versiones comprimidas en .mp3 con notables pérdidas en la calidad final del sonido). Sin embargo las tiendas de discos están de capa caída, así como los videoclubs, los ciber, las librerias, las agencias de viajes, etc. No se puede culpar al público de querer disponer de los últimos avances tecnológicos donde prima el consumo mediante Internet; prefieren escuchar música en teléfonos que en un buen Hi-Fy y se debe culpar a la industria que no ha apoyado ni ha modernizado sus modelos de negocio dejándolos a parte y perjudicando a pequeños empresarios, público y artistas. Hay dos formas de negocio coexistiendo: un mercado nuevo y en expansión y otro más antiguo, caro y desfasado… habrá que hacer porque se lleven bien, o el primero acabará con el segundo con toda seguridad. 

En cuanto a los conciertos y giras, son indispensables… eso no ha cambiado mucho en mi opinión.

Breve biografía del proyecto “All Nylon”, por Dave Dagomsa

“Soy Dave Dagomsa y presento mi primer LP All Nylon.

Nueve nuevos temas recogidos en un trabajo autogestionado, grabados en nuestro estudio Arcane Planet de Salamanca, y masterizados en los estudios Mastering Mansion de Madrid.

Formamos un trío dónde la energía y el directo son ejes vertebradores del disco; aderezado por una producción cruda y temas originales , el disco camina guiado por un servidor a las guitarras y voces, con mi hermano Darío Dagomsa (Bye Bye Lullaby o What the Funk) a la batería y mi hermano (de otros padres) y gran artista, Luke Burnsright (Bad Replica of Jesus, Dub Dat Cheeses, KOA o Mosskalin) al bajo directamente desde Londres. También contamos con la colaboración indispensable, ya por segunda vez, de Víctor BlackSmith a la eléctrica solista y arreglos.”